Reabre The Bean en Chicago: una de las atracciones favoritas

Es una de las atracciones favoritas e imperdibles para los que visitan la ciudad. Emplazado en el famoso Millennium Park, este verano reabre The Bean en Chicago, después de haber estado cerrado al público por casi un año por trabajos de restauración y mantenimiento.

Oficialmente conocida como Cloud Gate, la escultura de Anish Kapoor viene siendo una de las piezas centrales del Millennium Park desde 2004. Desde agosto de 2023, estuvo cerrada para permitir que los equipos reconstruyeran el podio de la plaza, reemplazaran los adoquines y mejoraran la accesibilidad con nuevas escaleras y rampas.

¿Cómo es The Bean en Chicago?

La escultura elíptica de 110 toneladas fue forjada a partir de una serie continua de placas de acero inoxidable altamente pulidas, que reflejan el famoso horizonte de Chicago y las nubes en el cielo. Un arco de 12 pies de alto (3,6 metros) proporciona una «puerta» a la cámara cóncava debajo de la escultura, invitando a los visitantes a tocar su superficie similar a un espejo y ver su imagen reflejada desde una variedad de perspectivas.

Inspirada en el mercurio líquido, la escultura se encuentra entre las más grandes de su tipo en el mundo y mide 66 pies de largo (20 metros) por 33 pies de alto (10 metros).

¿Dónde está ubicada?

Cloud Gate se encuentra en el Millenium Park, en el corazón del centro de Chicago. Limita con Michigan Avenue al oeste, Columbus Drive al este, Randolph Street al norte y Monroe Street al sur.

De Chicago a Nueva York

A principios de 2023, se inauguró en Nueva York una réplica de la escultura, encarada por el propio artista Anish Kapoor, en la zona de Tribeca, en el Bajo Manhattan.

La escultura se encuentra en el 56 Leonard Street, a pocas cuadras de otros atractivos de la ciudad, incluyendo el complejo World Trade Center.

El trabajo se realizó con 38 paneles de acero inoxidable, meticulosamente soldados entre sí, sobre un marco soporte. En total mide casi 15 metros de largo y casi 6 de alto, con un peso de 40 toneladas.

Debido a las diferencias de temperatura entre sus superficies al sol y otras a la sombra, la piel se resquebrajó, lo que luego de una serie de obstáculos finalmente llegó a su finalización perfecta para marcar un nuevo ícono escultórico para Nueva York.