CRÍTICA Oppenheimer: la mejor película de Nolan que hace historia

Hay películas y hay cine. Puede parecer lo mismo, pero en realidad, no. Cuando uno va a una sala a ver una producción puede encontrarse con distintas historias, directores, actores y guiones. Algunas son propuestas más chiquitas, otras multimillonarias (en varias ocasiones con resultados que no justifican ni la inversión ni lo que genera a la audiencia). Pero si hay algo que hace del cine, ver cine, es cuando los espectadores somos transportados en espacio y tiempo para sentirnos parte de la historia que se quiere contar. Como si fueramos absorbidos por la cámara que nos lleva de un lado hacia el otro de cada escena. En donde la banda de sonido, el guión, la fotografía, las actuaciones nos erizan la piel y nos generan sentimientos que no podemos controlar. Y allí aparece Oppenheimer, la máxima representación del cine hecho cine, en la nueva propuesta dirigida, producida y guionada por Christopher Nolan.

No es una exageración decir que Oppenheimer es lo mejor que ha dado el cine en la última década.

La obsesión de Nolan por lograr un producto que trasciende una pantalla y por contar una de las historias más apasionantes de la historia, se vio reflejada desde el reparto, al uso de cámaras IMAX -incluso para las escenas en blanco y negro- a las locaciones, a buscar que las escenas sean lo más realistas posibles, sin necesidad del uso de tecnología digital (CGI), o al menos, que su utilización sea la justa y necesaria.

Oppenheimer va hacia atrás y hacia adelante en la historia de cómo terminó y cómo comenzó la carrera del científico apodado el «padre de la bomba atómica», de cómo logró cambiar la historia de la humanidad (para bien o para mal), del reto de vencer a los soviéticos, de cómo terminar con una guerra, de cómo conseguir lo que hasta el momento nadie había conseguido, mientras provocaba el rechazo de políticos (y del propio gobierno de Estados Unidos) que terminaron rebocándole sus pases de seguridad por su clara posición de avanzar en el control internacional de las armas nucleares, evitar la proliferación de ese tipo de armamento y de la carrera entre Estados Unidos y la por entonces Unión Soviética.

Oppenheimer está basada en American Prometheus, una biografía del físico escrita por Kai Bird y Martin J. Sherwin. Y con un reparto multiestelar, liderado por Cillian Murphy, todos logran su lucimiento, y seguramente habrá varias nominaciones a los premios Oscar. Desde Robert Downey Jr., Matt Damon, Emily Blunt, Florence Pugh, Kenneth Branagh, Rami Malek, Casey Affleck a Gary Oldman, dentro de un elenco brillante, nadie falló en sus interpretaciones.

Y nuevamente el estilo y refinamiento visual de Hoyte van Hoytema, como director de fotografía, con quien Nolan ya trabajó en títulos como Tenet, Dunkerque e Interestelar, la historia cobra aún más vida, en un trabajo en el que ninguna de las partes (actuación, producción, edición, vestuario, dentro de un largo listado), dejó nada librado al azar.

Así como Julius Robert Oppenheimer​ marcó un antes y un después en la historia contemporánea, Oppenheimer en el cine, vuelve a darle un nuevo valor a la industria.