Estos son los mejores lugares para ver ovnis en Chile

Estamos solos en el universo? Es una de las preguntas que nos hacemos desde el comienzo de la historia de la Humanidad. El escritor Carl Sagan decía que «Si estamos solos en el universo, sería una terrible pérdida de espacio». En este marco, es posible ver ovnis o son sólo estrellas o satélites artificiales de la propia Tierra.

Cuando nos damos cuenta de que el universo es infinito y que nuestro planeta representa una ínfima parte en el cosmos, es lógico creer que es posible que haya vida extraterrestre, y en lugares como Chile, situados al fin del mundo, se transforman en el escenario perfecto para encontrar los mejores destinos para el avistamiento de «ovnis».

Y es que la ubicación geográfica de Chile y, sobre todo, sus cielos prístinos que han dado vida a un desarrollo exponencial de la astronomía en las últimas décadas, desplegando grandes observatorios y centros astronómicos que han sido un valioso aporte a la ciencia y a la astronomía mundial, también generan lugares óptimos para ver objetos voladores no identificados (

El desarrollo de la ufología en Chile dio vida a asociaciones y grupos que se dedican a desmentir y/o analizar e investigar científicamente ese tipo de fenómenos. Por ejemplo, la Agrupación de Investigaciones Ovniológicas de Chile, el Universo Geu Chile, Marcc Ufo y la cruzada ufológica llamada FARO son comunidades de viajeros chilenos consagrada a reunir ufólogos aficionados.

Sin embargo, no todo son agrupaciones amateurs, en 1997 se creó el CEFAA, un Comité de Estudios de Fenómenos Aéreos Anómalos. Un organismo oficial de la Dirección General de Aeronáutica Civil, DGAC, que estudia los fenómenos aéreos anómalos que se presentan en el espacio aéreo de responsabilidad de la República de Chile y que se extiende por 32 millones de kilómetros cuadrados, desde Arica, por el norte entre los 120º y los 131º grados oeste y hasta el Polo Sur.

Debido a los numerosos casos de avistamientos que reportaban las tripulaciones de aeronaves comerciales, privadas, deportivas e institucionales y el público en general. Este comité interdisciplinar recibe los casos, los estudia y genera un reporte, sacando conclusiones que generalmente son científicamente explicables. El objetivo principal de este organismo es resguardar la seguridad del espacio aéreo y formar a la comunidad sobre los mitos y realidad de estos avistamientos.

Según Jim Bobson, un estadounidense que acumula más de 30 años de experiencia viajera por 80 países, compartió con la revista Forbes los ocho mejores lugares del mundo para “cazar” OVNIS. Chile se encuentra en el lugar número uno, seguido por Estados Unidos y Australia.

En el artículo que donde se explaya sobre la ufología en Chile, el autor recomienda la comuna de San Clemente, poblado cercano al Valle del Maule como sitio de encuentros imperdibles.

En 2008 se creó en esta área una ruta oficial de turismo ufológico, que comprende lugares donde se han producido famosos casos de avistamiento de OVNIS. El lugar más destacado es la plataforma geológica del Enladrillado, donde es posible observar unos 200 bloques volcánicos supuestamente instalados por civilizaciones antiguas. Algunos ufólogos incluso aseguran que estos bloques sirven como plataformas de aterrizaje para naves extraterrestres.

Otros estudios han determinado las tres zonas “más calientes” para divisar OVNIS en Chile.

En primer lugar está el Cajón del Maipo, zona rodeada de grandes montañas que ha sido cuna de diversos avistamientos. El más famoso y comentado fue el del montañista Claudio Pastén, que en 1997 supuestamente vio posarse una enorme luz en el agua y salir a dos extraños seres de gran estatura.

Después de muchas investigaciones, un canal de televisión determinó que dicho encuentro había sido real. El Cajón del Maipo desde hace algún tiempo se ha transformado en centro de encuentro de estos aficionados cazadores de platillos voladores, atribuyéndole incluso una pista de aterrizaje de OVNIS a la laguna triangular que se encuentra detrás de las montañas que rodean el Embalse El Yeso.

Al igual que el viajero estadounidense, los seguidores de la ufología en Chile coinciden en que San Clemente es un lugar especial para los avistamientos, la gran mayoría de los habitantes del lugar han dicho haber visto alguna vez en su vida luces voladoras e incluso haber percibido “humanoides” caminando por la localidad.

También cuentan que en las montañas que rodean la Reserva Nacional Altos de Lircay se han visto fenómenos que los expertos no han logrado descifrar.

El tercer lugar recomendado para este tipo de avistamientos es el enigmático Valle del Elqui. Además de ser famoso por ser un centro espiritual que invita a renacer y a sanarse, se dice que entre sus montañas se esconde un portal a otra dimensión.

Este Valle y sus alrededores han sido testigos de extraños sucesos como la caída de un objeto desconocido en las montañas de Vicuña en el año 2013, que decenas de personas testimoniaron haberlo visto zigzaguear en el cielo antes de estrellarse en una montaña.

Otro caso que se recuerda es el de la ciudad de Paihuano, cuando en el año 2008, mientras la presidenta de la República dictaba un discurso en un liceo de la localidad, los asistentes avistaron un OVNI que fue inmortalizado por varios asistentes.

Sin embargo, el hecho más famoso fue el llamado “Roswell chileno” de 1998. Según contaron varios testigos, un OVNI se estrelló en el cerro Las Mollacas, en la misma localidad cercana a Coquimbo, fenómeno que movió incluso al ejército chileno y enviados especiales de la NASA que solicitaron no publicar mayores antecedentes del caso.

Otro hecho que ha marcado a la ufología en Chile, ocurrió en la madrugada de mayo del 2018, sobre los cielos de Antofagasta la tripulación de seis aviones comerciales divisaron simultáneamente tres fuentes luminosas triangulares.

Es cierto que no todo lo que se percibe en el cielo es una nave espacial. Se ven muchas cosas extrañas, pero el 99% de los casos de avistamientos tienen una explicación: satélite, fenómenos meteorológicos o artefactos humanos, sin embargo existe un porcentaje que los científicos no pueden explicar y nos hacen creer que, efectivamente, no estamos solos en el universo.