REVIEW Avatar 2 The Way Of Water: la fantasía está, pero la magia quizás no

Nadie podría jamar discutir la capacidad y el talento de James Cameron en lograr películas que literalmente se convirtieron en íconos y parte de la historia del cine. Quizás, no tenga en su repertorio una gran cantidad de títulos como director, pero, los números son relativos. Logró un éxito masivo con Terminator 1 y Terminator 2, comenzó a sumergirse en los océanos primero con El Abismo, se llevó 11 premios Oscar con Titanic y, con la primera entrega de Avatar en 2009, consiguió tener la película más taquillera de la historia. Y después de 13 años de espera, que Cameron aprovechó para crear nuevas tecnologías de filmación y sentar las bases para las secuelas de las historias que transcurrirán en Pandora (y más allá), llegó Avatar 2: The Way of Water.

Después de 3 horas y 10 minutos, la nueva propuesta protagonizada por Sam Worthington, Zoe Saldana, Sigourney Weaver, Stephen Lang y Kate Winslet, dentro de enorme elenco, deja sensaciones mixtas.

Durante los primeros minutos, las escenas en 3D (del verdadero 3D) son realmente asombrosas. Aún sin estar en un complejo IMAX, uno siente que se transporta literalmente a otro planeta. Los primeros planos de los personajes, en ocasiones, están tan bien realizados que la digitalización parece que lo que estamos viendo son seres reales en un mundo real.

Pero mantener ese nivel de «realismo» durante más de tres horas, al menos, con la tecnología actual, incluso con toda la dedicación puesta por Cameron, resulta muy difícil de mantener. Y de esa sensación de hacernos creer que lo que estamos viendo es «de verdad», pasamos a otras escenas más similares a lo que uno podría ver en un videojuego.

Ese ida y vuelta entre la casi perfección de la digitalización a forzar al extremo momentos y acciones innecesarias, no nos dejan sumergir enteramente en la historia, más allá de la profundidad a la que Cameron quiera llevarnos.

El guión de Avatar 2: The Way of Water es simple, pero no por ello, tiene que ser desacreditado. Algunos críticos hablan sobre la falta de profundización en la historia de la colonización de los humanos hacia Pandora o de las tribus, pero, ya no estaríamos hablando de una película de más de tres horas, sino de horas y horas sentados en nuestras butacas. A veces, un film se trata de lograr experiencias y entretenimiento.

Los últimos años, las bajadas políticas de Hollywood han estado dominando las series y películas, arruinando en la mayoría de las ocasiones, el foco central de las historias.

Aquí veremos a Jake Sully viviendo felizmente con su nueva familia en Pandora, pero esa felicidad, es arruinada rápidamente, cuando su antiguo jefe, el coronel Miles Quaritch, asesinado por Neytiri en la primera entrega, renace como un avatar Na’Vi, gracias a la tecnología de clonación, buscando no sólo conquistar la luna como un nuevo hogar para una Tierra que languidece, sino también con ánimos de venganza.

El desarrollo de la trama es sencillo y Cameron dedica gran parte del tiempo del film en mostrar las maravillas de la flora y la fauna de Pandora, y, especialmente de sus océanos, fascinación más que clara que tiene el director, y que se vió en Titanic y El Abismo, y que de alguna forma recrea algunas escenas de esos films, especialmente en los 30 minutos finales.

A veces es clara la diferencia entre una película de ciencia ficción y una de fantasía. El Señor de los Anillos o Harry Potter, claramente son propuestas de fantasía. Interestelar o 2001, Odisea del Espacio, son claros ejemplos de ciencia ficción.

Con Avatar 2: The Way of Water hay una muy delgada línea entre ambas. Porque hay mucho (gran parte) de fantasía, pero con cierto background de ciencia por detrás.

Por eso, volviendo al principio, Avatar 2 es un mix de sensaciones y, claramente, es muy difícil superar la sorpresa que significó la película original. También resulta complejo pensar cómo seguirán las secuelas de Avatar 3, 4 y 5, proyectadas para 2024, 2026 y 2028.

Calificar The Way of Water no es fácil. El trabajo detrás de camaras fue enorme, pero quizás, todo eso, no se vio como uno hubiera esperado 13 años más tarde. El objetivo de entretener está logrado, pero el de sorprender, no tanto. Y quizás, un poco de culpa la tenga el propio director que nos tiene mal acostumbrados. De todas formas, querido James, van nuestros merecidos aplausos.