Con una historia que se remonta a 1834, el Four Seasons Ginebra es posiblemente el hotel mejor ubicado de esta elegante y cosmopolita urbe
RedacciónSobre la margen derecha del río Ródano, frente a la llamada Isla de Rousseau (en honor al gran escritor ginebrino Jean-Jacques Rousseau), al lado del icónico puente Point Du Mont Blanc, que permite cruzar la ciudad de un lado al otro, y con vistas directas a la reconocida mundialmente fuente de agua Jet d’eau, se alza un edificio cuya historia se remonta a comienzos del 1800 cuando bajo el nombre de Hotel Les Bergues se convirtió en el primer hotel de la ciudad. Hoy, totalmente reconvertido, bajo el sello de Four Seasons Ginebra, sigue siendo uno de los lugares favoritos para alojarse de quienes saben disfrutar de los pequeños y grandes placeres de la vida.
El nombre Les Bergues proviene del siglo XVI. En ese momento, en el lugar actual del FS Ginebra, se encontraba la elegante residencia del comerciante alemán Hans o Jean Kleberger. Sus vecinos solían llamarlo “Clébergue” que derivó en “Bergues”.
En mayo de 1834 abrió sus puertas el Hotel Les Bergues que fue el más grande e impresionante en su momento de todo Suiza, inaugurando una amplia planta baja con tiendas, un café y restaurante, además de tres niveles de habitaciones y un ático para el personal.
Desde entonces, y ahora, ya formando parte del portfolio FS, el Four Seasons Ginebra es un punto de referencia, combinando un sentido renovado de la historia, con la clásica comodidad y el servicio personal y cálido de la marca de hotelería de lujo.
La elegante decoración tiene su impacto visual apenas los húespedes llegamos al lobby con pisos de mármol, pilares de color azul, detalles dorados y jarrones estilo Ming, que continúa con un salón aristocrático, con muebles de caoba, lámparas de porcelana y papel tapiz en azules y blancos.
La paleta de colores que reflejan las aguas del lago de Ginebra, se ve acompañada por un decorado con fresco pintados a mano de paisajes italianos, con mobiliario clásico de estilo francés.
Con 115 habitaciones, incluidas 44 suites de diferentes tamaños y estilos, el Four Seasons Ginebra tiene todos los lujos que un viajero moderno puede imaginar.
Los cuartos de los pisos inferiores son de estilo clásico, con un esquema de color azul claro y crema, baños de mármol y muebles antiguos.
Los que se encuentran en los pisos superiores todavía hacen un guiño a la herencia del hotel, pero son más contemporáneos, con muebles suaves de color crema y un baño con una ducha con efecto de lluvia tropical rodeada de luces LED.
En gastronomía se pueden disfrutar delicias italianas en Il Lago, galardonado con una estrella Michellin o deleitar nuestro paladar con la innovadora cocina Nikkei en el restaurante Izumi.
Como plus, el Four Seasons Ginebra cuenta con el único rooftop con vistas 360 de la ciudad.
En wellness, el spa Mont Blanc ofrece distintas salas para tratamientos corporales o faciales y salas de relajación, así como un gimnasio con equipos de última tecnología y una hermosa piscina en la que el azul vuelve a ser protagonista, un color que transmite tranquilidad y confianza.
Por su parte, la Salle des Nations, que fuera el lugar donde se desarrolló la primera asamblea de la Sociedad de las Naciones en 1920, sigue siendo un espacio elegante y atemporal para reuniones y eventos sociales.
Sin dudas, el hotel Four Seasons Ginebra tiene mucha historia por detrás que lo hace seductor y fascinate, una ubicación extraordinaria con vistas del lago y los Alpes nevados a la distancia, así como su cercanía con el casco antiguo y las principales tiendas de compras de la ciudad, lo ponen como uno de los favoritos para los viajeros que saben lo que quieren.
