La capital de Estados Unidos no puede estar exenta de hoteles de lujo, con buenas ubicaciones y gran servicio, teniendo en cuenta que la ciudad no sólo alberga la Casa Blanca sino a las principales oficinas y reparticiones del Gobierno y organismos internacionales. Mandarin Oriental Washington es una de esas propuestas imposibles de dejar pasar a la hora de buscar dónde alojarse en el Distrito de Columbia.
El hotel está ubicado justo al lado del río Potomac, cerca de emblemas de Washington como el Monumento a Thomas Jefferson, el Capitolio y la propia «White House», que se encuentra a pocas cuadradas caminando.
A llegar a la propiedad nos encontramos con una elegante recepción con una colorimetría que privilegia los tonos ocre y madera, en el marco de un lobby con paredes de mármol, con un refinado techo abovedado y obras de arte, sillones y sofás de estilo, que le confieren una atmósfera asiática, fiel al espíritu de la marca.
Las más de 370 habitaciones y suites, distribuidas en sus doce pisos, tienen excelentes vistas hacia la ciudad o el Potomac.
La decoración privilegia una paleta neutral relajante, con muebles oscuros, gabinetes de estilo oriental y mesas redondas de caoba con cajones de escritorio.
Los cuartos poseen camas king-size con sábanas de algodón egipcio y pies de cama de color verde.
Los baños de mármol, ostentan duchas con mamparas de vidrio y bañera separada, iluminación led regulable y productos de tocador by Atelier Cologne.
Entre las amenidades, hay un completo y amplio gimnasio con máquinas TechnoGym que harán feliz a cualquier fanático de los entrenamientos, junto a una piscina climatizada de 15 metros de largo y un spa con distintos tratamientos.
Y si decidimos visitar el hotel con nuestra mascota, seremos bien recibidos, ya que es una propiedad pet-friendly.
Mandarin Oriental Washington combina el lujo asiático con el carácter de una ciudad con mucha historia.