Está ubicado dentro del complejo Time Warner Center, con panorámicas del parque más importante de Manhattan, el río Hudson y más allá
RedacciónEn una ciudad como Nueva York es difícil determinar cuál es el mejor lugar para alojarse, porque las opciones son muy atractivas ya sea si se elige Times Square, el High Line, SoHo o Brooklyn. Pero sin dudas, tener las mejores vistas del Central Park es un gusto que uno no puede perderse, sobre todo si es en un hotel como Mandarin Oriental New York.
La propiedad está ubicada en un lugar realmente privilegiado. Ocupa los pisos 35 al 54 del complejo Deutsche Bank Center. También nos encontramos con un shopping The Shops (al que podemos ingresar por un acceso privado) con distintas marcas como Hugo Boss, Diesel, J. Crew, Coach o Pink.
De esta forma, la combinación de su emplazamiento incluye vistas panorámicas del parque más famoso de la ciudad, Columbus Circle y el río Hudson.
Además, está a minutos caminando de la mítica 5th Avenue con sus tiendas de lujo, de museos como el MoMa o el Guggenheim, y el siempre llamativo Times Square.
Con ingreso principal desde 80 Columbus Circle, debemos subir a un ascensor que nos conducirá al piso 35 donde se encuentra el lobby principal, desde donde ya tendremos un vistazo más que refrescante de NY.
Esta área de recepción es elegante, con el bar Aviary lleno de asientos y sillones circulares, lámparas geométricas y colores mayormente neutros, con algunos detalles en magenta o verde lima, sin olvidar la influencia asiática de la marca.
El piso 36 es el elegido para la piscina y el fitness center, este último funcionando las 24 horas, con una amplia variedad de máquinas para distintos tipos de entrenamiento aeróbico y muscular.
Mientras que las habitaciones se distribuyen a partir del piso 38.
Nos alojamos en el piso 49, en un cuarto que refleja la decisión de ofrecer espacios amplios, con una buena distribución de los ambientes.
La paleta de colores privilegia los tonos crema, negro y marrón. La elegancia se combina con la tecnología, desde un teléfono inteligente con pantalla táctil a un potente equipo de audio by Bowers & Wilkins.
Los baños, con mármoles negros, son también cómodos, con bañera y duchas separadas, y el kit de amenidades característico de MO.
Para destacar, es la Mandarin Oriental Suite, con tapices en tonos azul, cocina, living, sala de entretenimiento, escritorio y un gran vestidor.
Una mención especial merece el restaurante Asíate. Para la cena, probamos dos platos de su menú. Como entrada Atún Patudo y como plato principal el salmón Ora King con un excelente punto de cocción y una presentación impecable.
El restaurante del Mandarin Oriental New York también es el lugar escogido para los desayunos a la carta. Mi elección (que recomendaré más de una vez) fue el Egg White Frittata, posiblemente uno de los omelettes más sabrosos que hayamos probado, gracias a su receta y combinación de vegetales, papas doradas Yucon, tomates, mozzarella y tostadas.
Los que saben disfrutar de buenos vinos, encontrarán más de 1300 botellas procedentes de distintos lugares del planeta, con una selección que le permitió ser elegido uno de los mejores spots según Wine Spectator.
Nueva York es de esas ciudades que uno puede visitar decenas de veces y siempre encontrará algo distinto, algo nuevo o algo para repetir. Y alojarse en el Mandarin Oriental es de esas gustos que vale la pena darse más de una vez.
