REVIEW Spider-Man 3: No Way Home es la mejor película del año para ver

El contenido es rey, pero el contexto es Dios. Es una frase que ya he usado en algunas otras reviews y que es una suerte de un mantra en lo comunicacional. Spider-Man 3: No Way Home es la mejor película del año, en un año ya de por sí especial. Si 2020 el mundo estuvo cerrado por las razones que todos sabemos, en 2021 las fronteras y las actividades volvieron a recobrar fuerzas, aunque a un ritmo no tan acelerado como habríamos esperado, mientras las nuevas variantes siguen apareciendo. Son momentos distópicos que necesitan de una propuesta emocionante, divertida, llena de alegría y conmovedora, algo que Spidey logra con creces para satisfacción de todo (todo) lo que los fans estaban esperando.

Porque 2021 tuvo películas y series de acción y ciencia ficción que rozaron desde lo depresivo en sus diálogos hasta sus guiones absolutamente políticos, haciendo que las propuestas de superhéroes fueran un fiasco, algo que demostró la taquilla. Hasta hoy, los dos filmes más taquilleros del año (algo que cambiará con nuestro «amistoso vecino») son «No Time To Die» y «Rápidos y Furiosos 9», que siguieron su lógica histórica, llevando a la pantalla no sólo acción y efectos, si no también entretenimiento con todas sus letras y duplicaron lo que recaudaron la mayoría de los estrenos fuertes.

Como ya mostraron los tráilers, No Way Home, comienza con Peter Parker abrumado luego de que el mundo descubriera que él es El Hombre Araña y todo comienza a desintegrarse. Entonces, tiene la buena idea de pedirle a Doctor Strange si existía la manera de que las personas se olvidaran de que él era Spider-Man, pero el hechizo funciona mal y casi todos los villanos de las anteriores películas del trepamuros comienzan a aparecer.

Por qué Spider-Man 3: No Way Home es la mejor película del año

Hay muchas razones. Primero el contexto. Después de un 2021 decepcionante, Spider-Man trae en dos horas y media todas las emociones que estabamos esperando. Y si las escenas de acción son fantásticas, los diálogos son aún mejores. Mucho mejores a cualquier otro film de Marvel de los últimos 10 o 15 años. (Y ni hablar de los últimos cinco).

No queremos publicar ningún spoiler porque ya en el pre-estreno, el propio Tom Holland aparece con un pequeño video pidiéndole a los espectadores no contar nada del film, para que el público se sorprenda cuando vaya a las salas (y lo hará).

Spider-Man 3 es fresca y alegre. Demuestra que los malos no son necesariamente malos, más allá del multiverso, que Hollywood puede ser correcto sin meter a la política en cada escena y en diálogos aletargados como vimos en series como «Fundación», «Invasión» o películas como «Eternals» o «Dune».

Spider-Man es nuestro superhéroe favorito porque tiene tiempo para salvar al planeta y preocuparse por su tía o su novia o sus amigos, con el mismo grado de relevancia. No presume de sus poderes y entre torpe e inteligente, es imposible no sentirse atraído por su personalidad.

La escena final con Spider-Man columpiándose por Manhattan en plena época de Navidad y con la nieve cayendo es un toque más de ternura a un película que se destaca por eso. Más allá de la escenas de combate, más allá de las sorpresas, más allá de la camaradería, más allá de no perder las esperanzas y más allá de transmitir buenos valores.

Y las dos escenas post crédito anuncian lo que vendrá en el Universo Cinematográfico de Marvel.

La frase «Un gran poder conlleva una gran responsabilidad» que ya vimos en la primera Spider-Man con Tobey Maguire se repite nuevamente en el personaje de Marisa Tomei, y aunque salida de una película de superhéroes es algo que todos tenemos que tener presentes en nuestras vidas. Desde Hollywood con sus films a los políticos con sus decisiones, a los empresarios y a los ciudadanos comunes. Porque por más grande o chiquito que sea el poder que tengamos (incluyendo los derechos obtenidos) conlleva una gran responsablidad.

Bienvenido Spider-Man 3 a nuestras vidas. Te estabamos esperando.