REVIEW Hotel The Biltmore Coral Gables: historia y placeres combinados

Además de sus habitaciones lujosas de estilo mediterráneo, su piscina de más de dos millones de litros de agua con cascadas y estatuas que recuerdan la era dorada, o su impresionante court de golf diseñado por Donald Ross, hay algo que no pasa desapercibido en el hotel The Biltmore Coral Gables: la historia de una Miami con estilo, emprendedurismo y tenacidad.

El hotel fue un desarrollo del urbanizador George Merrick a comienzos de 1920, que contó con uno de los renombrados arquitectos de la época como Leonard Schultze y el contratista S. Fullerton Weaver, un equipo que ya habia diseñado la Grand Central Terminal en Nueva York o el Nautilus Hotel de Miami Beach (más tarde, la que fuera la primera ubicación del Mt. Sinai Medical Center).

Tras un par de años de obras, en 1926 abrió sus puertas el que se convertiría en una de las mejores propiedades en el sur del estado de Florida por muchas razones.

Durante esos «golden years», el Biltmore fue uno de los complejos turísticos de moda en Estados Unidos, albergando a la realeza tanto de la variedad europea como de Hollywood. El duque y la duquesa de Windsor, Ginger Rogers, Judy Garland y Bing Crosby eran invitados frecuentes, incluyendo al por entonces presidente Franklin D. Roosevelt.

The Biltmore prosperó al albergar galas acuáticas que atrajeron multitudes y mantuvieron al hotel en el centro de atención. Hasta tres mil espectadores acudían los domingos para ver nadadores sincronizados.

En 1996, el Registro Nacional de Lugares Históricos lo designó como Monumento Histórico Nacional, un título que sólo obtuvieron el tres por ciento de todas las estructuras históricas de Estados Unidos.

Su ubicación es estelar. Lejos de las aglomeraciones o el bullicio de South Beach, es un refugio para relajarse. Y si tomamos nuestro coche en unos 20 minutos estaremos en cualquiera de los imperdibles de Miami: Brickell, Sunny Isles o la Lincoln Road.

Una vez que arribamos a la propiedad, cuyo glamour se distingue a la distancia, nos encontraremos con techos abovedados, pisos de travertino, columnas de mármol, frescos restaurados pintados a mano y espléndidos jardines y patios.

Su arquitectura de inspiración española e italiana se completa con una torre de casi cien metros en tonos cobre.

Las habitaciones con amplios ventanales (lo que habla de una gran visión de sus constructores) brindan magníficas vistas hacia el campo del golf, la piscina o Coral Gables.

La decoración incluye candelabros románticos de piedras preciosas sobre las camas, molduras clásicas, telas de alta costura como terciopelos cortados, arte enmarcado creado a partir de planos arquitectónicos originales y pisos de baldosas de piedra de Jerusalén.

En servicios y propuestas de entretenimiento no faltan un completísimo gimnasio, canchas de tenis, el court de golf y por supuesto, su piscina grandilocuente, majestuosa, soñada y de película.

Con sus más de dos mil metros cuadrados, es una de las piscinas más grande de Estados Unidos. Un placer para empaparse del sol de Florida.

En gastronomía podemos sumergirnos en Fontana para adentrarnos en la verdadera cocina italiana, sentarnos en Cascade junto a la piscina o disfrutar de las vistas hacia el court de golf en 19th Hole.

Dreams come true

Si todo esto no es suficiente, bien vale la pena salir a recorrer sus parques y jardines, disfrutar de su spa con decenas de tratamientos faciales y corporales, enriquecernos con sus clásicos té de la tarde o tan sólo cerrar los ojos por unos segundos, volver a abrirlos y decir «Wow, no estaba soñando».

The Biltmore es miembro de Preferred Hotels & Resorts, el mayor grupo de hoteles independientes de lujo del mundo.