¿Qué pasa con el rascacielos Jeddah Tower en Arabia Saudita?

Muchos de los proyectos arquitectónicos que vemos en el mundo han tenido que pasar por historias no tan fáciles. En algunos casos, tuvieron la oposición de la población, en otros problemas presupuestarios, en otros de infraestructura e ingeniería y en otros políticos. Pero, ¿qué pasa con el rascacielos Jeddah Tower en Arabia Saudita?

Anunciada en 2008 por el príncipe Alwaleed bin Talal, la construcción del edificio ha estado plagada de retrasos y es posible que nunca se recupere de un aparente juego de poder que involucra a dos de los hombres más ricos del mundo. De hecho, en los últimos cinco años, la torre no avanzó ni un centímetros y se debuto en los 63 pisos, de los 252 originalmente proyectados para llegar a los mil metros de altura y convertirse en el nuevo rascacielos más alto del mundo, superando al, por ahora invencible, Burj Khalifa en Dubái con sus 828 metros.

¿Qué pasa con Jeddah Tower en Arabia Saudita?

Si el rascacielos se terminara. Sería el equivalente a tener al menos tres torres Eiffel una arriba de la otra. Las imágenes desde Arabia Saudita muestran que la estructura quedó como un esqueleto de hormigón vacío, a unos 300 metros de altura.

Cuando el príncipe Alwaleed anunció el proyecto, se estimó que su construcción costaría alrededor de 1.300 millones de dólares, ligeramente menos que el Burj Khalifa de 1.500 millones de dólares.

La torre iba a ser la joya de la corona en un desarrollo frente al mar totalmente nuevo llamado Ciudad Económica de Jeddah, a 80 kilómetros al noroeste de La Meca.

También sería un proyecto de prestigio, tanto para Arabia Saudita, para afirmar suavemente su dominio regional sobre los Emiratos Árabes Unidos, como para el príncipe en los personal.

Las riquezas del príncipe

En ese momento, Alwaleed era uno de los empresarios de más alto vuelo de Arabia, y el ambicioso proyecto de la Torre Jeddah parecía encajar perfectamente. Alrededor del cambio de milenio, Alwaleed estaba haciendo grandes movimientos de dinero que lo habían proyectado como la cara de los negocios saudíes en el extranjero.

Enriquecido con una riqueza petrolera inimaginable, el nieto del primer rey de Arabia Saudita estaba adquiriendo participaciones considerables en empresas como Apple e invirtiendo fuertemente en Coca-Cola, Ford y otras potencias mundiales.

Su cartera de propiedades estuvo encabezada por inversiones glamorosas en algunas de las propiedades más prestigiosas del mundo, incluidos Four Seasons Hotels and Resorts, el Plaza Hotel de Nueva York, el Savoy Hotel de Londres y el Monte Carlo Grand Hotel de Mónaco.

En 2004, la revista Forbes lo clasificó como la cuarta persona más rica del planeta, con un patrimonio neto estimado de 21.500 millones de dólares.

The Line tomó la posta

Mientras Jeddah Tower está detenida, Arabia Saudita parece estar focalizándose en los proyectos de NEOM, que incluyen la llamada ciudad del futuro The Line, que tendrá un formato de rascacielos horizontal, con 150 kilómetros de alto, 500 metros de alto y 200 metros de ancho.

Por ahora, el tiempo pasa y Jeddah Tower en Arabia Saudita está abandonada y llevará años, si se decide continuar con el proyecto, para concretar la torre.