REVIEW Badrutt’s Palace Hotel: St. Moritz con la mejor vista

St. Moritz es uno de los destinos más exclusivos de Suiza. Su ubicación en la Alta Engadina, a unos 1800 metros de altura, con un gran número de días soleados y un entorno de montañas y el lago homónimo en el que durante el verano se practican deportes como vela, remo, windsurf y kitesurf y en el invierno -con las aguas completamente congeladas- desde torneos de polo a exposiciones de autos y eventos de todo tipo, convierten a este pequeño poblado en un lugar de grandes atracciones.

Fue precisamente aquí, donde hace más de 150 años, surgieron los deportes de nieve, gracias a una apuesta del hotelero Johannes Badrutt que invitó a un grupo de personas a pasar una temporada con la propuesta de que si no se divertían, les devolvería el dinero.

Todo el entorno de St. Moritz es una puesta magnífica de la naturaleza. Una región privilegiada por la belleza y la calma de los Alpes, sus lagos y bosques, con más de 350 kilómetros de pistas para los amantes de los deportes invernales y fundamental para quienes disfrutan de recorridos en tren con vistas que quitan la respiración.

Y de la mano de la familia Badrutt, en 1896 abrió sus puertas el exclusivo Badrutt’s Palace Hotel, ubicado estratégicamente frente al lago y por él que confluye gran parte de la vida activa de St. Moritz.

Cuando llegamos a la propiedad, la atmósfera de encanto comienza con unos atractivos Rolls Royce, que son parte de la flota de vehículos en los que uno -como huésped- es transportado a distintos lugares, incluyendo la estación de trenes ubicada a tan sólo cinco minutos.

El hotel es sinónimo de lujo, exclusividad, historia, cultura y pasión por la gastronomía y el relax. Un verdadero hechizo para los sentidos.

Una vez dentro de la propiedad, ingresar al living del Badrutt es cómo estar en el living de St. Moritz. La impresionante dimension de los espacios, lo hace un lugar de encuentro social, tanto para las personas que se alojan o no en el hotel.

Y durante el invierno, la temporada más fuerte, uno puede encontrar hasta siete restaurantes, uno de ellos, que en sus comienzos supo ser una cancha cubierta de tenis, y que hoy ofrece un techo panorámico que permite ver la caída de la nieve, lo que refuerza su magia.

Sus desayunos rebosan de opciones: salmón, sushi, frutas, fiambres, yogures, jugos y omelettes, en un sinfín de propuestas para satisfacer cualquier paladar.

El hotel también tiene lugares que son elegidos para casamientos civiles o celebraciones de bodas o eventos especiales, incluyendo un teatro con butacas y pantalla de cine.

De sus 157 habitaciones, 37 son suites. Las que tienen vista al lago y la montaña poseen además un balcón privado.

Decoradas en colores neutros, poseen amplias camas con lujosos edredones. Sus baños de mármol cuentan con bañeras y duchas independientes e inodoros eléctricos.

Es tal la historia del Badrutt, que en una de estas habitaciones, el famoso Alfred Hitchcock escribió el guión de la clásica película «The Birds», que fue uno uno de sus mayores éxitos.

En cualquier temporada el entretenimiento está asegurado. Cuenta con canchas para deportes al aire libre como tenis, basquet o fútbol, un kinder club para los más chicos, una amplia piscina climatizada y un fitness center con la última generación de máquinas TechnoGym, con chips NFC para conectar a nuestros dispositivos móviles y hacer un seguimiento más preciso de nuestras actividades.

Si queremos salir de compras, sólo basta caminar unos metros para hallar las principales marcas del mundo, entre ellas, Louis Vuitton, Giorgio Armani, Escada y Bottega Veneta.

Badrutt’s Palace es más que un hotel. Es un icono de la industria del turismo, que muestra un altísimo nivel de conocimiento, gracia y elegancia.