Australia abre sus fronteras al turismo, pero sin cruceros y casi sin vuelos

Esta semana el primer ministro Scott Morrison anunció que Australia reabre sus fronteras al turismo, después de que el país estuviera aislado del mundo durante casi dos años (23 meses), para aquellos viajeros completamente vacunados. Sin embargo, no todas son rosas: inicialmente no habrá cruceros, no hay vuelos desde gran parte de Latinoamérica y algunos estados aún no permitirán turistas.

Australia tuvo una de las políticas más estrictas del planeta con sus restricciones fronterizas, que la llevaron a varios escándalos internos y otros de alcance global, como el caso del tenista Novak Djokovic que fue deportado y no pudo competir en el Abierto de Melbourne, en uno de los peores papelones gubernamentales del país.

Durante gran parte de la pandemia, los ciudadanos que querían regresar al país, que podía hacerse con un cupo diario, debían someterse a una cuarentena obligatoria de 14 días en un hotel asignado por el Estado, con los gastos a cargo del viajero, que oscilaban en los 3.500 dólares.

Tanto quienes querían regresar como quienes querían partir del país, debían justificar las razones del viaje, que eran aprobadas o no, por el Estado. Australia dejó de ser durante casi dos años, el país de las libertades, y uno de los mejores lugares para vivir, a ser una suerte de fortaleza innacesible, incluso para los propios ciudadanos.

Ahora, Morrison anunció que Australia abre sus fronteras al turismo a partir de este 21 de febrero, pero… será una apertura gradual y en algunos casos compleja.

Las restricciones ya habían comenzado a levantarse ligeramente para los australianos inmunizados en noviembre después de que el país administrara dos dosis de la vacuna contra el coronavirus al 80 por ciento de su población elegible. A los estudiantes internacionales, algunos trabajadores extranjeros y familiares de ciudadanos y residentes permanentes se les permitió regresar a mediados de diciembre, a pesar de que un brote de Ómicron provocó uno de los picos de infecciones más agudos del mundo.

El estado de Western Australia, que inicialmente no tuvo un gran número de contagios, ahora enfrenta un pequeño brote y anunció que permanecerá cerrado a los visitantes, ya sean australianos o internacionales, durante varios meses más, a medida que aumente la cobertura de la tercera dosis o booster.

Pero, ¿Australia abre sus fronteras? Cruceros, no y vuelos, complicados

Los cruceros quedaron fuera del plan de reapertura del turismo y el gobierno australiano dijo que está trabajando con los diferentes estados para la reanudación segura de la industria de los cruceros y se esperan más anuncios sobre esto a su debido tiempo.

En la teoría, la prohibición de cruceros termina el 17 de febrero, pero la mayoría de las empresas cancelaron sus viajes a Australia, hasta varios meses después de esa fecha de vencimiento, que se espera se prorrogue.

En relación a los vuelos, hay países que no tienen más vuelos al país de Oceanía. Los ejemplos más claros en Latinoamérica son los de Argentina y Chile. Desde Argentina se podía volar con Air New Zeland, pero la compañía abandonó el mercado argentino. También se podía hacer desde Argentina y Chile por Qantas o LATAM, pero ninguna tiene planes de un regreso en el corto plazo a las operaciones.

Si uno quisiera viajar a Australia desde Argentina o Chile, en un vuelo que rondaba las 18 horas en total (con escalas), hoy tendría que estar pensando en más de 40 horas, yendo de, por ejemplo, hacia un país como Estados Unidos o Europa y desde allí las conexiones.

Es cierto, Australia abre sus fronteras al turismo el 21 de febrero. Pero, no son todas rosas.

Ni siquiera, el website de turismo de Australia ofrece, como antes, una versión en español, que es el segundo idioma más hablado del planeta. El español es hablado por casi 500 millones de personas, mientras que, por ejemplo, el italiano lo hablan unos 70 millones. La página ofrece opciones en italiano e incluso en alemán, pero no en español, mostrando un desprecio hacia el público hispano parlante, incluyendo no sólo a Latinoamérica, sino también España y el de Estados Unidos, en donde el 33% de la población habla español.