Para quienes se preguntan dónde comer en Mendoza, hay tres nombres que se imponen por calidad, propuesta y raíz en el territorio: Casa Vigil, Angélica Cocina Maestra y Chipirón. Cada uno representa una mirada distinta sobre la cocina de autor mendocina, pero todos comparten un mismo espíritu: respeto por el producto, creatividad en los fuegos y una fuerte conexión con el universo del vino.
Casa Vigil es el proyecto personal del reconocido enólogo Alejandro Vigil, y Angélica Cocina Maestra forma parte de la icónica Bodega Catena Zapata, donde el propio Vigil también deja su huella como Director de Enología. Incluso Chipirón, con una propuesta más urbana, mantiene vínculos con esa misma generación de cocineros y sommeliers que redefinieron la escena gastronómica de la provincia en los últimos años. Hay un hilo invisible que une a estos espacios, entre cepas, fogones y una mirada contemporánea sobre la hospitalidad.
Mendoza es sinónimo de vino, pero también de tradición reinventada, técnicas modernas y mesas que dialogan con el paisaje. En un recorrido reciente por la provincia, CONOCEDORES.com® exploró estas tres experiencias para entender por qué, cuando se habla de dónde comer en Mendoza, estos nombres son parte esencial del mapa.
Casa Vigil: una experiencia sensorial entre viñedos
Ubicada en Chachingo, Maipú, Casa Vigil es el proyecto personal de Alejandro Vigil, reconocido enólogo argentino y figura clave en la escena vitivinícola nacional. El restaurante, que ha sido galardonado con una estrella Michelin y una estrella verde por su compromiso con la sostenibilidad, ofrece una propuesta gastronómica que fusiona arte, literatura y cocina de autor en un entorno inspirado en la Divina Comedia de Dante.
El menú de pasos, que varía según la estación, destaca por la utilización de ingredientes locales y de temporada, muchos de ellos provenientes de su propia huerta. Platos como los ñoquis de cerdo con arvejas o la carne de cabra cocida a baja temperatura con batata reflejan la identidad mendocina en cada bocado.
La experiencia se complementa con una cuidada selección de vinos de la línea El Enemigo, elaborados por el propio Vigil, que maridan a la perfección con cada plato. El entorno, con jardines, esculturas y una arquitectura que invita a la contemplación, convierte a Casa Vigil en un destino imperdible para quienes buscan dónde comer en Mendoza y vivir algo más que una comida: una experiencia sensorial completa.
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Angélica Cocina Maestra: elegancia y tradición en Catena Zapata
En Agrelo, dentro de la emblemática Bodega Catena Zapata, se encuentra Angélica Cocina Maestra, un restaurante que rinde homenaje a Angélica Zapata, madre de Nicolás Catena. Con una estrella Michelin y una estrella verde, este espacio ofrece una propuesta culinaria que combina la tradición mendocina con una mirada contemporánea, bajo el concepto «Wine First», donde el vino es el eje central de la experiencia gastronómica.
Los chefs Josefina Diana y Juan Manuel Feijoo han diseñado un menú degustación de 12 pasos que resalta los sabores locales con creatividad y técnica. Platos como la trucha con zanahoria y tomate o los snacks inspirados en ingredientes autóctonos son ejemplos de una cocina que busca sorprender y emocionar.
La experiencia se inicia con un recorrido personalizado por la bodega, seguido de un vermut en la sala de destilados, antes de pasar al imponente comedor con vistas a los viñedos y la cordillera. El compromiso con la sostenibilidad se refleja en prácticas como la utilización de semillas autóctonas, el reciclaje y la compensación de la huella de carbono mediante la plantación de bosques.
Para quienes priorizan el vino y el entorno como parte esencial de una comida, Angélica es una opción destacada al momento de elegir dónde comer en Mendoza. Su propuesta une historia, respeto por el producto y una estética refinada que complementa la experiencia.
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Chipirón: frescura y creatividad
En el moderno complejo gastronómico Planta Uno, en el departamento de Godoy Cruz, Chipirón ofrece una propuesta culinaria que combina frescura, creatividad y una atmósfera relajada. Este restaurante de cocina de autor se destaca por su enfoque en productos del mar, algo poco común en la región, y por una carta dinámica que cambia según la temporada.

Platos como los chipirones a la plancha con alioli de ajo negro o el risotto de calabaza con langostinos grillados muestran una cocina que apuesta por sabores definidos y presentaciones cuidadas. La carta de vinos, con etiquetas jóvenes y seleccionadas, acompaña de manera armoniosa cada propuesta del menú.

El ambiente moderno y descontracturado de Chipirón invita tanto a locales como a visitantes a disfrutar de una experiencia gastronómica sin pretensiones, pero con un alto nivel de calidad y atención al detalle. La cocina a la vista y el servicio amable completan una propuesta que se ha convertido en un referente clave para quienes buscan una opción fresca y contemporánea sobre dónde comer en Mendoza con espíritu joven.
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