Las mejores y peores ciudades para vivir 2016
The Economist presentó el Top 10 de las metrópolis con mejor y peor calidad de vida

Conocedores.com
The Economist presentó el Top 10 de las metrópolis con mejor y peor calidad de vida
Por sexto año consecutivo, Melbourne fue elegida como la mejor ciudad del mundo para vivir, de acuerdo al ranking Global Liveability de The Economist, que analiza distintos aspectos como la estabilidad social, la salud, la cultura, el medio ambiente, la educación y la infraestructura.
De los diez primeros lugares, tres son ocupados por metrópolis de Australia y otros tres de Canadá, quedando conformado de la siguiente forma:
1. Melbourne, Australia
2. Viena, Viena
3. Vancouver, Canadá
4. Toronto, Canadá
5. Calgary, Canadá
6. Adelaide, Australia
7. Perth, Australia
8. Auckland, Nueva Zelanda
9. Helsinki, Finlandia
10. Hamburgo, Alemania
En tanto, las ciudades con peor calidad de vida son:
131. Kiev, Ucrania
132. Duala, Camerún
133. Harare, Zimbabue
134. Karachi, Pakistán
135. Argel, Argelia
136. Puerto Moresby, Papúa Nueva Guinea
137. Daca, Bangladés
138. Lagos, Nigeria
139. Trípoli, Libia
140. Damasco, Siria.
En relación a Sudamérica, la ciudad que se encuentra en peor situación es Caracas que aparece en la posición 123.
CONOCEDORES.com® es la revista de viajes más leída de Latinoamérica, con el equipo de expertos más talentoso, reviews y producciones exclusivas y recomendaciones para viajar mejor.
Some of our content may contain marketing links. If you buy or subscribe from a CONOCEDORES.com® link, we may earn a commission. Our editorial teams and journalists are not influenced by our affiliate partnerships.
Es el tercer país con mayor diversidad de aves en el mundo. ¿Qué lugares y rutas visitar para el avistamiento de aves en Perú?
La isla tiene una extensión de poco más de 100 mil kilometros cuadrados. ¿Qué se puede recorrer en un viaje de 48 horas en Islandia?
Si hay un buen consejo para dar es no volar con Avianca bajo ningún concepto. Ni siquiera, con un pasaje regalado. No digan que no avisamos