Si pensamos en arte en Nueva York, la ciudad posiblemente sea una de las que tengan una mayor multiplicidad de propuestas. Si hablamos de lujo, la metrópoli también se enorgullece de tener edificios que le hacen honor, no sólo desde la arquitectura y decoración, sino desde su concepción.
Ubicado en el corazón de Midtown Manhattan en la calle 53 a metros de la Quinta Avenida y frente a nada menos que el Museo de Arte Moderno MoMA, el hotel Baccarat New York es la combinación de arte y lujo en su estado puro, transmitiendo la esencia de la marca francesa de cristalería fina homónima.
Los interiores rinden homenaje a la estética de Francia del siglo XVIII y cada una de sus 114 habitaciones y suites, distribuidas en sus doce pisos, fueron diseñadas meticulosamente.
El segundo nivel acoge el lobby en donde se realiza el check in y check out, como así también se accede a los servicios de Concierge.
Y además, le da la bienvenida a su salón restaurante, para disfrutar de desayunos ligeros, el té de la tarde, platos gourmet y cócteles por la noche.
Todas las habitaciones cuentan con ventanas de piso a techo, lujosas camas, sábanas personalizadas y duchas de cristal ocultas por puertas francesas pintadas a mano. Uno de sus elementos destacados es la pantalla espejo de gigantes dimensiones ubicadas en el cuarto, que se puede controlar con un remoto ubicado dentro de una caja en un impactante colorado (uno de los colores que más sobresalen en todo el hotel).
Y así como el control remoto permite manejar distintos aspectos de nuestro cuarto y también acceder a servicios del hotel, los escritorios hechos a medida también se adecuan a las conexiones necesarias para poder utilizar todos nuestros dispositivos.
Adyacente al spa, una piscina cubierta de casi 20 metros para los huéspedes cuenta en sus laterales con magníficas camas de día que le dan un plus extra al espacio creado con azulejos de mármol blanco y negro.
Su Fitness Center de 24 horas es sencillamente increíble, porque al equipamiento profesional para entrenar todos los grupos musculares o realizar ejercicios aeróbicos, se suma el refinamiento estilístico de todo el hotel.
Recorrer Nueva York desde el Baccarat es simplemente placentero, ya que se encuentra a minutos caminando de iconos como el Rockfeller Center, Central Park o Times Square, y -desde luego- las tiendas de lujo de la Quinta Avenida.
El hotel tiene todas las ventajas de un establecimiento inaugurado hace tan sólo dos años. Y uno de sus grandes logros, es que su decoración con reminiscencias francesas se entremezcla con estilos contemporáneos que trascienden el tiempo.
Baccarat New York redefine nuestra estadía en la urbe por excelencia de Estados Unidos y es una experiencia superior en hotelería, que todos deberían tener la oportunidad de probar.