Los turistas no pueden viajar en Argentina, pero los camioneros sí

Argentina es un país extraño. No es de ahora, de ni de ayer, ni de la década pasada. Los últimos gobiernos demostraron un nivel de ineficacia e ineptitud pocas veces resistible. No es el único país que pasa por esto, claro está. Pero los que vivimos acá, padecemos lo que pasa acá. Y dentro de las cosas indescifrables, los turistas no pueden viajar en Argentina, pero los camioneros sí.

Durante el mes de junio, Argentina tuvo un promedio de entre 1700 y 2000 pasajeros diarios que ingresaban en vuelos de distintas compañías, cumpliendo una serie de requisitos que en algunos casos pueden sonar ridículos: PCR realizado hasta 72 horas antes del vuelo, test de antígenos al arribar al aeropuerto de Ezeiza, cuarentena estricta de siete días y un nuevo test PCR al séptimo día que deberá dar negativo para cerrar el ciclo de aislamiento.

Por supuesto, la gestión del presidente Alberto Fernández, con sus ideas más alineadas a Rusia y China, con todo lo que ello conlleva, pone de esta forma el foco -especialmente mediático- sobre los turistas sobre el ingreso de posibles casos de coronavirus.

Las personas que ingresaron al país con COVID-19 son casos mínimos en relación con la situación epidemiológica, que llegó a esta situación a junio de 2021, por el lamentable proceso de vacunación (entre otras cuestionables medidas), que sólo logró vacunar al 8% por ciento de la población con las dos dosis.

Sin embargo, en esta ilógica lógica de la gestión Fernández, los camioneros sí pueden viajar por el país, movilizándose sin ningún tipo de controles, testeos y cuarentenas. Desde marzo de 2020, cuando nuestros lectores estuvieron encerrados en sus casas en uno de los aislamientos más estrictos a nivel mundial, todos los días ingresaban miles de camiones de Brasil, Paraguay, Chile y Uruguay. ¿Cómo es posible entonces que si todos estábamos encerrados y no se podía viajar y no había vuelos excepto para expatriados, el virus se propagara por todo el país? La razón es obvia, ¿no?

Hoy, un año y medio más tarde casi, la situación es la misma. Todos los días, miles de camiones siguen ingresando a Argentina sin ningún chequeo. No hay tests, no hay cuarentenas, no hay PCR, no hay antígenos. Ni siquiera de las zonas más calientes como Brasil y Paraguay.

Los turistas, los viajeros, no son / somos los responsables de la propagación del virus.

Quizás, el gobierno argentino debería estar más involucrado en dialogar con China para conocer el origen de la enfermedad, una más que proviene del país oriental, o chequear qué hace con los camioneros desde hace un año y medio.

Ahora, el nuevo plan de Alberto Fernández es reducir la cantidad de personas que pueden ingresar a Argentina. Se manejan números que van desde las 600 a las 1500 por día. Mientras tanto, recibimos newsletters de Aerolíneas Argentinas, promocionando sus nuevos vuelos a Nueva York. Todo muy lógico, ¿no?

Los turistas no pueden viajar en Argentina, pero los camioneros sí. La misma lógica que permite que puedan abrir los gimnasios, pero no los cines en varias provincias.