Estambul tiene, oficialmente, desde el pasado 29 de octubre, el aeropuerto más grande del mundo. No sólo redefine a Turquía en términos de accesos aéreos, sino también planteó nuevos conceptos en arquitectura e infraestructura.
Para tomar una dimensión del tamaño de la estación, el aeropuerto es más grande que el tamaño de Manhattan: 150 mil metros cuadrados.
Y todo está programado para que esté completamente listo a finales de este año, cuando tendrá una capacidad para recibir a 200 millones de pasajeros, el doble de la que tiene el aeropuerto de Atlanta.
El diseño de la nueva atracción de Estambul se inspiró en la ciudad históricamente rica y su impresionante arquitectura antigua y moderna, y destaca el color, los patrones y la luz.
La torre de control fue diseñada con la forma de un tulipán, la flor nacional de Turquía que se hizo especialmente popular durante el gobierno de Sultan Suleiman en el siglo XVII. Los tulipanes se cultivaron originalmente durante el Imperio Otomano y posteriormente se importaron a Holanda en el siglo XVI.
El techo y sus patrones geométricos fueron diseñados para dar un sentido claro de direccionalidad. Al crear tragaluces continuos, la luz natural del día se difunde a través de los terminales, y los rayos enfocados seleccionados de la luz del sol resaltan áreas clave que incluyen el check-in, la seguridad y las áreas de control de pasaportes, brindando a los pasajeros una guía completamente natural.
Las familias disfrutarán de siete grandes áreas de juegos para niños en toda la terminal. También prevalecen las iniciativas centradas en el bienestar.