La historia del Opera House: 50 años ícono de Sídney y Australia
El Opera House se discutió durante décadas. Las obras comenzaron el 2 de marzo de 1959 hasta que finalmente se inauguró el 1973
Una producción original de Conocedores
El 20 de octubre de 1973 inauguró el que se convertiría en un ícono de Sídney, de Australia y de la cultura mundial: el Opera House. Pero su historia, sus orígenes, la idea de tener un centro dedicado a las artes escénicas comenzó mcho tiempo antes.
El proyecto se discutió durante décadas, pero no fue hasta mediados de la década del 1950 que ganó suficiente fuerza política para convertirse en realidad. Fue un período transformador para Australia, cuya economía se estaba expandiendo rápidamente, impulsada por niveles sin precedentes de inmigración procedente de Europa después de la Segunda Guerra Mundial.
Un defensor clave de que se construya un lugar que albergue las artes escénicas fue el compositor inglés Sir Eugene Goossens, quien se mudó a Sídney en 1947 para ocupar el puesto de director de la Orquesta Sinfónica. Sir Eugene había pasado los 20 años anteriores como director de orquestas en los Estados Unidos que actuaban en grandes salas especialmente construidas. La Orquesta Sinfónica de Sídney, por el contrario, actuaba en el Ayuntamiento de Sydney de 1889.
Sus ambiciones incluían una magnífica sala de conciertos para la orquesta, con una acústica perfecta y capacidad para 3.500 personas, una sede para una compañía de ópera y una sala más pequeña para música de cámara. Dijo que no veía ninguna razón por la que una ciudad del tamaño de Síddney, con un interés musical tan agudo, no debería tenerla.
Después de años de debates y proyectos, en 1955, la zona de Bennelong Point fue declarada para construir la opera propuesta y en 1956 se lanzó a un concurso internacional de diseño, que fue ganado por el arquitecto danés Jørn Utzon, luego de que se recibieran más de 220 propuestas de casi 30 países.
El 2 de marzo de 1959, una multitud se reunió bajo la lluvia para presenciar la ceremonia que marcaba el inicio de la construcción del Opera House. Jørn Utzon había llegado a Sídney una semana antes con una placa de bronce colocada en el punto donde se cruzaban los ejes de las dos salas. El primer ministro de Nueva Gales del Sur, Joseph Cahill, atornilló la placa en su lugar e inmediatamente comenzaron las obras. La placa todavía se puede ver hoy en las escaleras.
El diseño de Utzon era impactante, llamativo, disruptivo, pero… complejo para la ingeniería de la época.
Los ingenieros enfrentaron dos problemas importantes al abordar la primera etapa. En primer lugar, la geología de Bennelong Point no se había estudiado con precisión en el momento de redactar las directrices del concurso. Se había asumido que el lugar estaba formado por una masa de arenisca de Hawkesbury, como el terreno circundante; mientras que en realidad estaba formado por depósitos aluviales sueltos impregnados de agua de mar y completamente inadecuados para soportar el peso de la estructura prevista.
En el perímetro y en la mitad norte del sitio se perforaron unos 700 pozos de hormigón con carcasa de acero, de casi 1 metro de diámetro cada uno. Cimientos masivos de hormigón rellenaron la roca inestable en el área central del sitio. Este trabajo preparatorio no había sido presupuestado, lo que hizo que el edificio tuviera que sobrepasar su costo original.
El segundo gran problema estaba relacionado con el peso aún desconocido del tejado, que cambiaría drásticamente en los próximos años. Los puntos de anclaje del tejado eran entonces apenas visibles: se desconocía la carga que tendrían que soportar.
Un plan más prudente hubiera sido resolver los problemas de diseño antes de comenzar la construcción. Pero la autoridades tenían prisa, temiendo que la burocracia o la oposición política obstaculizaran el proyecto.
A partir de marzo de 1959, la impresionante forma del podio surgió de la enorme obra de Bennelong Point, convirtiéndose en la estructura de hormigón más grande del hemisferio sur.
La primera etapa del Opera House se completó en febrero de 1963, dos años de retraso y casi cinco años después de que comenzara la construcción.
La característica técnica más notable en el diseño de la Etapa 1 fueron las vigas de hormigón de un solo tramo, de unos 49 metros de largo, que son visibles debajo de los Escalones Monumentales. Los bocetos presentados por Utzon sugirieron que el área de la Explanada debajo de los Escalones Monumentales requeriría algún tipo de columnata para soportar el peso de la estructura de arriba. Cuando Ove Arup, el ingeniero que supervisó el proyecto, vio este detalle, descartó la necesidad de las columnas y en su lugar propuso la forma ondulada de las ahora famosas vigas Concourse.
Las vigas, en su diseño final, dispersaron con tanto éxito los momentos de tensión que no fue necesario soporte vertical adicional. Proporcionan una hermosa y espectacular forma amplia a la parte inferior de los Escalones Monumentales, que continúan a través de los niveles de entrada y terminan justo debajo del comienzo de los arcos abovedados.
El 17 de enero de 1967, la instalación del último segmento de carcasa prefabricada marcó efectivamente la finalización de la segunda etapa y pudieron comenzar los trabajos en los interiores.
La tercera etapa presentó un desafío formidable para los arquitectos e ingenieros involucrados. Incluyó revisiones de la sala principal junto con la necesidad de encontrar soluciones para los interiores del Opera House.
Para el proyecto se encargaron más de 6.200 metros cuadrados de vidrio importado de la empresa francesa Boussois-Souchon-Neuvesel. El diseño de las paredes de vidrio circundantes planteó extraordinarios problemas técnicos y arquitectónicos que se resolvieron con gran ingenio.
La construcción estuvo plagada de problemas y discusiones políticas, más allá, de los propios desafíos de arquitectura y diseño, hasta que finalmente abrió sus puertas el 20 de octubre de 1973.
CONOCEDORES.com® es la revista de viajes más leída de Latinoamérica, con el equipo de expertos más talentoso, reviews y producciones exclusivas y recomendaciones para viajar mejor.
Some of our content may contain marketing links. If you buy or subscribe from a CONOCEDORES.com® link, we may earn a commission. Our editorial teams and journalists are not influenced by our affiliate partnerships.
Aunque muchos pensarían en el Thanksgiving o el Día de Acción de Gracias, el día con mayor número de pasaros en avión, sorprenderá
El Smart City Index 2024 revela las ciudades más inteligentes y vivibles del año, tras analizar 142 urbes de todo el planeta
El Smart City Index presentó el ranking de las ciudades más inteligentes de Latinoamérica en 2024. En el mundo, la número uno es Zúrich, en Suiza