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¿Por qué las nuevas series y películas que estrenan son aburridas?
26/10/21   |   Series & Películas

¿Por qué las nuevas series y películas que estrenan son aburridas?

The Last Man fue cancelada antes de incluso de terminar, Invasión y Fundación son lentas y aletargadas. Y los espectadores buscan acción

Francisco Folmer Redacción
Francisco Folmer

Hay algo que es evidente tanto para los críticos como para los espectadores. Las nuevas series y películas que estrenan las plataformas en principio y los grandes jugadores en el cine son cada vez más aburridas. ¿Qué está pasando en Hollywood?

Por un lado, podríamos atribuirlo a una cada vez más obsesiva necesidad de corrección política de la industria. Se trata de ser políticamente correcto con cada minoría, con cada posible susceptibilidad y con contar historias de vida, forzando (palabra perfecta) a que la diversión, la acción y el entretenimiento queden de largo, como si fuera imposible combinar ambas cosas.

Veamos Marvel y comparemos la primera película de Iron Man con la última de Los Vengadores. Mientras, la historia centrada en Tony Stark estaba llena de acción y humor, Avengers: Endgame tuvo desde efectos especiales cuestionables a un relato aletargado, denso y depresivo.

¿Cuál de las últimas series les provocó el mismo entusiasmo de clásicos como Friends, Will & Grace o 24? Volviendo a ver justamente 24, a pesar de que la producción tuvo sus altos y bajos en algunas temporadas, en sólo 10 minutos suceden más cosas que en las tres horas de los primeros capítulos de Invasión o Fundación de Apple TV Plus o en cinco de The Last Man de Star Plus / Hulu.

Recuerdo la review publicada por el escritor Mario Vargas Llosa en el diario La Nación, en relación al programa protagonizado por Kiefer Sutherland. «24 nos atrapa en sus redes por lo bien hecha que está, la excelencia de sus guiones y montajes y la impecable actuación de sus actores y sus técnicos, pero todo ello no hubiera servido de gran cosa si esta ficción no rezumara por todos sus poros unos de los terrores contemporáneos que, como el pánico a la peste negra en la Edad Media o a la tuberculosis en el siglo XIX, se ha apoderado de los espíritus occidentales desde el 11-S: la bomba que hará volar en pedazos el avión, el subterráneo o el tren en que viajamos, o la operación que infectará de microbios homicidas el agua que bebemos», aseguró.

«Cada serie (temporada) dura un solo día, y cada episodio ocurre en una hora, pero en ese breve tiempo suceden tantas cosas que uno tiene la sensación de que todo aquello se prolonga en verdad a lo largo de semanas o meses. Los guionistas cambian y, como es lógico, hay episodios más logrados que otros, pero el formato está tan bien concebido, los personajes tan bien dibujados en sus estereotipos y los altibajos de la acción tan bien graduados para mantener la expectativa y la ansiedad, con toques de sentimentalismo y de humor que equilibran las escenas de violencia, a veces casi intolerables, que la historia, con todas sus exageraciones e inverosimilitudes, fluye con naturalidad y mantiene capturada la atención del espectador como las mejores películas policiales», remató el reconocido escritor.

Nada de eso se está viendo en ninguna de las nuevas producciones de Hollywood.

Si bien hay muchas cosas positivas, como lograr la igualdad en los protagónicos, dar representación a las minorías y a las cuestiones de género, esto no significa que todo deba ser aburrido, sino que debería darse de manera natural y no forzada. Porque, queridos productores y guionistas, todo se ve forzado.

¿Una serie en donde mueren todos los hombres del planeta excepto uno y nadie sabe qué hacer? ¿De verdad? ¿Una serie de ciencia ficción como Invasión en la que se cuenta una invasión extraterrestre, pero no aparece ningun alienígena en los primeros tres largos capítulos? ¿Una apuesta al clásico literaria Fundación de Isaac Asimov que no respeta los principios básicos de los libros del autor y resulta una cachetada para los millones de seguidores del escritor estadounidense?

Todo lo que estamos viendo, con excepciones, son series y películas filmadas como en slow-motion, con directores obsesionados por mostrar cuánto presupuesto tienen, cuán buena es la fotografía que pueden alcanzar, y en contar historias tan complejas desde lo personal, que se llega a perder el interés.

Si pensamos en las tradicionales series de televisión, su duración promedio estaban en los 40 minutos aproximadamente, mientras que para las comedias oscilaban los 20 minutos.

Hoy, vemos capítulos de una hora, cuando está claro que el interés de los televidentes es buscar contenidos más breves. De ahí, el éxito de plataformas como TikTok o Instagram.

Un claro ejemplo de una serie bien hecha en su máxima expresión es «The Mandalorian» de Disney Plus. Con episodios que rondan entre los 25 y 30 minutos, la propuesta logra transmitir emoción, acción, suspenso, intriga y humor, con buenas actuaciones y un relato sencillo, pero sin melodramas innecearios.

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«The Flight Attendant» en HBO Max y «Only Murders in the Building» de Star Plus / Hulu, también son series bien logradas, que mantienen al espectador atento y con ganas de ver un capítulo más. Pero son excepciones.

Habrá que ver cuál camino elige Hollywood. Si ser políticamente correctos todo el tiempo y ser insoportablemente aburridos, o ser correctos sin sobreactuaciones y lograr entretener y educar al mismo tiempo. Por ahora, la tarea está lejos de ser cumplida.

Fotografía
Apple TV Plus / Fox
Autor
Francisco Folmer

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