¿Qué trámites son necesarios para emigrar a Italia y trabajar legalmente?

La posibilidad de emigrar a Italia es una alternativa que gana popularidad en diversos países de América Latina. Trabajar legalmente allí es uno de los principales motivos del viaje, aunque los trámites para lograrlo no son equivalentes para todos.

Debido a las dificultades económicas que atraviesan algunos países, Italia es un destino que se presenta como posible, en función de que en América Latina existe una gran comunidad de emigrantes italianos, lo que facilita en muchos casos los trámites necesarios para trabajar legalmente.

Desde ya, aquellos ciudadanos que cuenten con ciudadanía de cualquier país de la Unión Europea son quienes mejor posicionados se encuentran. De todas formas, se puede residir en Italia con una visa de trabajo, aunque los trámites pueden resultar más tortuosos.

El destino en cuestión es uno de los más buscados para trabajar legalmente en Europa porque, quitando España, las diferencias idiomáticas no son tan grandes. De todas formas, saber italiano -o tener un conocimiento mínimo de él- es un requisito muy importante a la hora de emprender una búsqueda laboral.

Las oportunidades de trabajo son muy variadas, con predominancia del sector de la salud, el turismo, la administración y el transporte. Por supuesto, la estrella por estos años es el rubro tecnológico, también presente en Italia.

Trámites para emigrar a Italia y trabajar legalmente

Tal como se explica oficialmente, para trabajar en Italia no es necesario realizar ningún trámite previo. El ciudadano comunitario (europeo) puede entrar en el país y buscar trabajo en los tres primeros meses de estancia. Ahora bien, en la gran mayoría de los casos se trata de personas sin ciudadanía, con lo cual el primer paso es conocer los trámites para obtenerla.

Como cuestión primordial, el interesado debe tener un antepasado de origen italiano. No existen límites de ancestros: pueden ser padres, abuelos, bisabuelos, tatarabuelos y más. Por supuesto, cuanto más alejado esté el vínculo, mayor cantidad de documentación.

El trámite que debe realizarse para emigrar a Italia se denomina petición de ciudadanía por iure sanguinis (derecho de sangre) y tiene un costo que ronda los 300 euros.

Para realizar el trámite que permite emigrar a Italia y trabajar legalmente, se requiere contar con la siguiente documentación:

· Acta de nacimiento, matrimonio y defunción del antepasado italiano.

· Actas de nacimiento, matrimonio y defunción (si corresponde) de toda la línea de descendencia hasta llegar al interesado.

· Informe oficial en el que se menciona la no naturalización del familiar emigrado (esto es, que no haya renunciado su ciudadanía italiana).

· Todos los documentos que no tengan origen italiano deben ser legalizados, apostillados y traducidos.

El trámite puede realizarse ante las embajadas o consulados de Italia distribuidos en América Latina, o bien directamente en el país de Europa. La opción de viajar para tramitar directamente la ciudadanía está siendo cada vez más utilizada y tiene una demora mucho menor.

Trabajar en Italia sin ser ciudadano europeo

Como se mencionó anteriormente, aquellos que no sean ciudadanos comunitarios también pueden permanecer de manera legal, aunque deben obtener previamente una visa de trabajo. Este trámite es conocido como «Nulla Osta».

¿Cuáles son los requisitos para obtener una visa de trabajo en Italia? Pues bien, un requisito primordial es haber conseguido un trabajo previamente. De hecho, es la entidad empleadora la que debe solicitar un permiso de trabajo, que forma parte de los documentos necesarios para aplicar a la visa. Además de este requisito, se solicita:

· Una copia del contrato de empleo firmado.

· Un pasaporte con un mínimo de dos páginas en blanco que sea válido, al menos, tres meses posteriores a la duración de la visa. Y fotos de este pasaporte.

· Un formulario de solicitud de visa de residencia de larga duración italiana.

· Prueba de medios financieros suficientes, alojamiento en Italia y cargos para la visa pagos.

· Diplomas y otros certificados de calificación.

Si las autoridades italianas aprueban la solicitud, existe un plazo de seis meses para retirar la visa e ingresar al país. Una vez allí, en la primera semana de residencia, la persona deberá solicitar un permiso adicional para quedarse.

Una visa de trabajo italiana puede ser válida por hasta dos años, según el contrato de empleo, pero puede renovarse hasta por cinco años.