[Crítica] Sully, Hazaña en el Hudson: lo bueno de Eastwood y Hanks, con algunos detalles por corregir

Clint Eastwood y Tom Hanks son dos mimados dentro de la industria, algo que -obviamente- lograron por mérito propio. Los trabajos como director de Eastwood incluyen títulos como “Million Dollar Baby”, “Gran Torino”, “J. Edgar” y “American Sniper” y a sus 86 años, sigue demostrando que tiene un talento que no envejece.

“Sully: Hazaña en el Hudson” nos trae una recreación de los hechos sucedidos el 15 de enero de 2009, cuando el capitán Chesley “Sully” Sullemberg decidió aterrizar un Airbus A320 con 155 pasajeros sobre las aguas del río Hudson en Nueva York.

A los pocos segundos de despegar, la nave pierde sus dos motores al chocar contra un bandada de aves, lo que motivó que tuviera que aterrizar de emergencia. En pocos segundos, el capitán del vuelo 1549 de US Airways debía decidir si volver al aeropuerto LaGuardia o alguno alternativo. Sin embargo, se dio cuenta que la única forma de salvar a los pasajeros era haciendo el que se terminó convirtiendo en el acuatizaje más exitoso de la historia de la aeronáutica comercial.

La película cuenta en 90 minutos lo que sucedió en esos pocos segundos, como así también el rescate de los pasajeros y la investigación sobre si “Sully” tomó la decisión correcta. El final feliz, es conocido por todos.

A pesar de una actuación impecable a la que nos tiene acostumbrado Tom Hanks y una dirección prolija, el film se torna por momentos denso y lento en el relato y los efectos especiales para reconstruir el acuatizaje realmente están lejos de los estándares de lo que uno exige de una producción de nivel.

Hay momentos en que el film tenía una impronta más parecida a las hechas para televisión que para la pantalla grande.

A pesar de estas críticas (y algunas más), “Sully” también nos dejó un mensaje claro: la profesionalidad de los pilotos que transportan a millones de personas todos los días, con una gran sentido de responsabilidad.