Ubicada a poco más de 100 kilómetros de Santiago, es una de las ciudades de Chile con mayor flujo turístico. No por casualidad algunos la llaman la Joya del Pacífico. Sus bellos murales hacen que recorrer la llamada ruta del arte callejero en Valparaíso, sea un «must» en nuestra visita.
Desde #CONOCEDORES destacamos los principales puntos desde los cuales los visitantes pueden posar para fotografiarse con estas obras icónicas, un símbolso de Valparaíso.
Cerro Concepción
El epicentro del arte callejero, el color y creatividad del puerto. Un punto de inicio puede ser la famosa escalera Fischer que conecta con el Pasaje Gálvez.
Antes de subir la escalera no hay que dejar de mirar al frente, ya que allí nos podremos encontrar con el primer punto del recorrido: dos manos que nos envían un poderoso mensaje que habla sobre la unidad de los pueblos.
Pasaje Gálvez
Siguiendo por la escalera Fishe llegaremos a esta calle, que en su lado derecho alberga una serie de peldaños que lleva plasmadas algunas frases de la canción “Latinoamérica”de Calle 13.
En tanto, en el pasaje Gálvez puede encontrarse una explosión de color y creatividad, muchos murales y dibujos para sacar fotos.
La abuelita
En el Cerro Alegre, sube por la Almirante Montt para ver uno de los murales más emblemáticos de la ciudad. Se trata de “La mamie de Valparaíso”, una anciana que observa desde la esquina de una casa, una obra creada por el colectivo francés Ella & Pitr.
Más escaleras
Desde el punto anterior, uno puede bajar por la calle Templeman para encontrar uno de los símbolos de la ruta del arte callejero. Pintado por un colectivo británico, las escaleras vibran con la frase We Are Happy Not Hippies (somos felices, no hippies), un juego de palabras que rima muy bien en inglés.
Otra muestra de arte puede encontrarse en el pasaje Beethoven en el Cerro Concepción: la escalera de piano, una de las más fotografiadas de Valparaíso.
Cerro Bellavista
Se encuentra poblado de graffitis, murales, pinturas y mosaicos. Decenas de artistas (entre ellos, María Martner, Roser Bru, Roberto Matta y Nemesio Antúnez) se reunieron en la década de 1990 para contribuir al renacimiento del lugar.
El último punto a visitar puede ser la casa de Neruda (La Sebastiana), ubicada en el cerro Bellavista. Desde allí puede observarse la escalera Santa Lucía, que cuenta con paisajes propios de la ciudad hecha con mosaicos.