Cuál es el origen del nombre Times Square, ícono de Nueva York

Times Square, el vibrante corazón de Nueva York, es uno de los destinos turísticos más emblemáticos del mundo. Millones de visitantes caminan por sus iluminadas avenidas cada año, atraídos por los enormes carteles publicitarios, los teatros de Broadway y el ambiente inconfundible de esta icónica intersección. Pero pocos conocen la historia detrás del nombre «Times Square» y la transformación de esta zona desde sus inicios humildes hasta convertirse en el símbolo global que es hoy.

¿Por qué se llama Times Square?

El nombre «Times Square» proviene del periódico The New York Times.

Originalmente, la zona era conocida como Longacre Square, un lugar de poca importancia a finales del siglo XIX, ocupado principalmente por talleres de carruajes y establos. Todo cambió en 1904, cuando Adolph S. Ochs, editor del New York Times, trasladó la sede del periódico a un nuevo rascacielos en la intersección de Broadway y la Séptima Avenida, en la calle 42.

Con la influencia de Ochs y su conexión con la ciudad, la municipalidad accedió a cambiar el nombre de Longacre Square a Times Square, en honor al periódico. Ese mismo año, el 31 de diciembre de 1904, se celebró allí el primer evento público para marcar el cambio de año, una tradición que con el tiempo se convertiría en la famosa caída de la bola de Nochevieja.

Durante las primeras décadas del siglo XX, Times Square se consolidó como un centro de entretenimiento. El auge del teatro y el cine atrajo a multitudes, y Broadway se convirtió en sinónimo de espectáculos de talla mundial. Sin embargo, a mediados del siglo XX, la zona experimentó un deterioro significativo. La decadencia económica, el aumento de la criminalidad y la proliferación de negocios ilícitos convirtieron Times Square en un lugar peligroso, alejado de la imagen glamorosa que una vez tuvo.

No fue sino hasta las décadas de 1980 y 1990 que la ciudad de Nueva York, bajo la administración de varios alcaldes y con inversiones públicas y privadas, emprendió una profunda transformación urbana. Se limpiaron las calles, se revitalizaron los teatros y se impulsaron leyes para atraer a grandes corporaciones y turistas. Esta renovación culminó con el resurgimiento de Times Square como un centro cultural, comercial y turístico.

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