¿Hay un asiento de avión más seguro que otro?

Cuando reservamos un vuelo y seleccionamos nuestro asiento, algunos preferimos ventanilla para observar momentos claves como el despegue y aterrizaje, o el pasillo para una mayor facilidad a la hora de levantarse. Algunos eligen un lugar en la parte delantera y otros en la trasera. Pero a la hora de pensar en la seguridad ante un accidente, ¿hay un asiento de avión más seguro que otro?

De acuerdo a un reporte escrito por el profesor de aviación Doug Drury de la CQUniversity de Australia, hay que resaltar que «viajar en avión es el medio de transporte más seguro en todo el mundo».

Según el análisis de los datos del censo del Consejo Nacional de Seguridad de EE. UU., las probabilidades de fallecer en un avión son de aproximadamente 1 en 205.552 en comparación con 1 en 102 en un automóvil.

¿Hay un asiento de avión más seguro que otro?

Una investigación de TIME que analizó 35 años de datos de accidentes de aviación descubrió que los asientos traseros centrales de un avión tenían la tasa de mortalidad más baja: 28%, en comparación con el 44% de los asientos del pasillo central.

Esto también tiene sentido lógico. Sentarse al lado de una fila de salida siempre proporcionará la salida más rápida en caso de emergencia, siempre que no haya fuego en ese lado. Pero las alas de un avión almacenan combustible, por lo que esto descalifica las filas de salida centrales como la opción de fila más segura.

Al mismo tiempo, estar más cerca de la parte delantera significa que será impactado antes que los de atrás, lo que nos deja con la última fila de salida. En cuanto a por qué los asientos centrales son más seguros que los asientos de ventana o de pasillo, es, como podría esperarse, debido al espacio que proporciona tener personas a ambos lados.

El tipo de emergencia también determinará la capacidad de supervivencia. Chocar contra una montaña reducirá exponencialmente las posibilidades de supervivencia. Aterrizar en el océano de morro también reduce las posibilidades de supervivencia.

Los pilotos están entrenados para minimizar el riesgo potencial en una situación de emergencia lo mejor que puedan. Intentarán evitar chocar contra las montañas y buscarán un lugar nivelado, como un campo abierto, para aterrizar de la forma más normal posible. La técnica para aterrizar en el agua requiere evaluar las condiciones de la superficie e intentar aterrizar entre las olas en un ángulo de aterrizaje normal.

Las aeronaves están diseñadas para ser muy robustas en situaciones de emergencia. De hecho, la razón principal por la que la tripulación de cabina nos recuerda que debemos llevar abrochados los cinturones de seguridad no es el riesgo de colisión, sino la «turbulencia en el aire» que se puede experimentar en cualquier momento a gran altitud. Este fenómeno meteorológico es el que puede causar el mayor daño a los pasajeros y a las aeronaves.

Los fabricantes están diseñando nuevos aviones con más materiales compuestos capaces de soportar la tensión en vuelo. En estos diseños, las alas no son rígidas y pueden flexionarse para absorber cargas extremas y evitar fallos estructurales.

¿El tipo de avión marca la diferencia?

Es cierto que hay ciertas variables, como el impacto de la velocidad aerodinámica, que pueden variar ligeramente entre los distintos tipos de aviones. Sin embargo, la física del vuelo es más o menos la misma en todos los aviones.

En general, los aviones más grandes tendrán más material estructural y, por lo tanto, más resistencia para soportar la presurización a gran altitud. Esto significa que pueden proporcionar cierta protección adicional en caso de emergencia, pero esto, de nuevo, depende en gran medida de la gravedad de la emergencia.

«Como ya hemos dicho, viajar en avión sigue siendo muy seguro, así que les sugerimos que piensen en qué película van a ver en el avión», resaltó el profesor universitario.

¿Hay un asiento de avión más seguro qué otro? La respuesta vuelve a centrarse en el tipo de emergencia que tenga la aeronave. Y lo mejor, ante un accidente es seguir las instrucciones de la tripulación, no llevar objetos personales, no perder tiempo en filmar o tomar fotografías y tratar de cumplir la regla aeronáutica de que el avión debe ser evacuado en 90 segundos.