REVIEW The Algonquin Nueva York: un hotel con historia y tradiciones
08/03/18   |   Viajes

REVIEW The Algonquin Nueva York: un hotel con historia y tradiciones

El hotel perteneciente a The Autograph Collection tiene personalidad e historias atractivas que lo hacen único y especial

Norberto Sica Redacción
Norberto Sica

Historia, historias, cultura, literatura, escritores y tradiciones. Pensar en el hotel Algonquin nos hace viajar en el tiempo en la evolución de Nueva York como ciudad y experimentar las vivencias de nombres como los de Dorothy Parker o George Kaufman.

Abrió sus puertas como hotel en 1902, cuando alojarse una noche costaba tan sólo dos dólares, y en 1987 el edificio fue designado como patrimonio histórico.

Por sus habitaciones y bares, pasaron figuras claves de las letras, que se reunían semanalmente.

Perteneciente a The Autograph Collection, está ubicado a metros de la Quinta Avenida y a una cuadra del Bryant Park, uno de mis parques favoritos de Nueva York.

La primera sorpresa al ingresar, la podemos encontrar en el propio lobby, en donde seguramente en algún momento nos recibirá la mascota oficial. Este año, se trata de Hamlet, un gato adoptado por sus propietarios, que mantiene una tradición que se remonta a la década del 20, cuando el dueño original del establecimiento, decidió rescatar un gato de la calle.

Hamlet es el número doce dentro de la historia del Algonquin, y todos los años, el hotel organiza un evento en el que junta fondos para donar a los refugios de animales.

Hay tanta «poesía» en Algonquin, que nos hace volar en imaginación y recuerdos, olvidándonos por un momento que estamos en un hotel.

Sus cuartos son espaciosos con una ambientación clásica, respetando los preceptos de edificio patrimonial.

En la planta baja, además del sector de check in y check out, podremos hallar sus dos propuestas gastronómicas: The Round Table y The Blue Bar.

El desayuno es a la carta, y una de las opciones recomendables es el 44th Street Continental, con una selección de pastelería y frutas de estación.

También cuenta con un gimnasio para entrenamiento básico, y equipamiento tanto en musculación como aeróbico.

Si buscamos un hotel con personalidad, historia(s) y una ubicación estratégica en Manhattan, el Algonquin consigue tener varios pulgares hacia arriba, para ser uno de los elegidos.

Hotel
The Algonquin New York
overall 8.8
  • 9
    Ubicación
  • 9
    Espacio en Habitaciones
  • 9
    Decoración & Ambientación
  • 8.5
    Amabilidad & Servicio
  • 8.5
    Fitness Center
  • 8.5
    Gastronomía
  • 9
    Wi-Fi
  • 9
    Experiencia
Autor y fotografía
Norberto Sica

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