El aeropuerto de San Francisco (SFO) se convirtió en el primero de Estados Unidos en volverse más silencioso, marcando una buena lección para el resto de las estaciones aéreas no sólo en el país sino para los del resto del mundo. Bajo un programa conocido como “Aeropuerto silencioso”, las autoridades del SFO estuvieron trabajando activamente para hacer que los viajes en avión sean menos estresantes al reducir la cantidad de ruido de fondo al que están expuestos los viajeros dentro de las terminales.
«Hemos invertido mucho en hacer que la experiencia del aeropuerto en SFO sea más relajante y agradable. Cada paso del viaje de nuestros pasajeros, desde que están en la calle hasta que llegan al avión, debe respaldar ese esfuerzo. Con nuestro programa Quiet Airport, estamos creando algo único e inesperado, al abordar un problema que podría ser menos obvio, pero igualmente impactante en cómo se sienten las personas», explicó el director del aeropuerto.
Lanzado en 2018, el programa Quiet Airport comenzó con la creación de nuevas políticas para que los locales comerciales y aerolíneas limiten las huellas sonoras y establezcan pautas sobre el uso de la música.
Al año siguiente, el equipo de atención al cliente se realineó para que los anuncios por megáfonos o altoparlantes se hicieran sólo en las áreas necesarias.
Desde marzo de 2020, el personal viene trabajando con las aerolíneas para discontinuar la práctica de tener todos los anuncios de partida de avión, para que no se realicen en toda la terminal sino que se hagan sólo en la puerta de embarque que corresponde y en el área adyacente.
El resultado es una disminución significativa del ruido innecesario para los pasajeros, con una reducción del 40% en los anuncios en las áreas de asientos de la puerta de salida de los aviones.
Solo en la Terminal Internacional, el personal de Atención al Cliente estima que se han eliminado más de 90 minutos de anuncios innecesarios cada día. El equipo continuará enfocándose en reducir las fuentes de ruido de fondo no deseado, incluidos elementos como pasillos móviles y escaleras mecánicas.
Si bien no es el primero del mundo (hay casos en Doha y Helsinki, por ejemplo), es una buena lección para el resto de los aeropuertos del planeta. Porque la contaminación sonora, es tan importante como la contaminación ambiental.