Si bien la mayoría de los turistas llegan a Cusco para recorrer el complejo inca conocido como Machu Picchu, va ganando cada vez más popularidad la visita a dos montañas de colores, que dan la sensación de un arcoíris, y que si bien a primera vista parecen ser similares, se trata de dos accidentes geográficos distintos.
El primero de estos fenómenos recibe el nombre de Arcoíris Vinicunca, el cual resulta una curiosidad sorprendente, al recoger los siete colores del arcoiris en sus laderas.
Para llegar hasta allí es necesario realizar una caminata de 7 kilómetros, que nos permitirá introducirnos en un accidente geográfico a 5.200 metros sobre el nivel del mar.
A esta montaña se suma otra hermana rocosa análoga, aún menos transitada por el turismo y con un acceso más sencillo: la Cordillera Arcoíris de Palccoyo, un paraje de 9 mil hectáreas a 4.900 metros de altitud.
Palccoyo es una gema de la naturaleza peruana sumamente desconocida. La formación se compone de tres bellas montañas sobre las que se dibujan franjas de color. La nieve cubría sus laderas hasta hace poco tiempo, pero los deshielos producidos por el calentamiento global, han permitido contemplar casi por completo la amplia gama de pigmentos que la componen.