3 lugares únicos en la Patagonia: bosques petrificados, dinosaurios y más
12/12/21   |   Viajes

3 lugares únicos en la Patagonia: bosques petrificados, dinosaurios y más

Del océano a la Cordillera, de los Bosques Petrificados al Parque Nacional Patagonia, un viaje por la estepa y la ruta 40 a través de la Patagonia profunda

Guido Piotrkowski Redacción
Guido Piotrkowski

Indómita, atractiva, llena de opciones para descubrir, diferente en cada estación del año y rincones que no se encuentran en otros destinos del planeta. En CONOCEDORES.com®, les presentamos tres lugares imperdibles en la Patagonia: desde bosques petrificados y dinosaurios a parques nacionales.

3 lugares únicos en la Patagonia: bosques petrificados, dinosaurios y más

Dinosaurios y Bosques Petrificados

Carnotaurus, Anixosaurus Darwin, Notosidilxon Comodorensis o Sarmientosaurus Splendid. Todos estos dinosaurios habitaron la Patagonia hace ya cientos de miles de años. Hoy, sus réplicas se pueden ver a tamaño natural en el Parque Temático Paleontológico de Sarmiento, una localidad situada al centro sur de la provincia de Chubut y a 150 kilómetros de Comodoro Rivadavia.

A 40 kilómetros de acá, se encuentra el Parque Provincial Bosques Petrificados, al noreste de la provincia. A mitad de camino, a la altura del río Senguer, surge abruptamente un valle fértil, que contrasta con la estepa desteñida. Es la primavera, y aunque el vendaval patagónico esté desbocado, hay que salir a caminar por este parque repleto de geoformas fantásticas.

Resulta que hace 65 millones de años todo este sitio estaba bajo el mar. Las aguas retrocedieron y se volvió́ un bosque tropical, muy similar a la costa de Brasil. Con la elevación de la cordillera, dejó de pasar la humedad y se tornó un lugar seco y ventoso. Lo que se puede apreciar ahora es un valle de cerros amesetados, geoformas fálicas y árboles petrificados, un gélido desierto ventoso, precioso en su adversidad.

Parque Nacional Patagonia

A unos veinte kilómetros del pueblo de Los Antiguos, por la Ruta 43, se encuentra la Estancia la Ascención, uno de los tres portales de acceso a este Parque Nacional creado en 2014, con el objetivo de proteger al macá tobiano, un ave endémica, de la que solo quedan unos ochocientos ejemplares. Este ave se reproduce y nidifica solo en las lagunas de altura de la meseta del Lago Buenos Aires, y es un ejemplar único en el mundo. El casco de estancia tiene instalaciones recicladas para el uso público. Hay una antigua escuela reconvertida en centro de visitantes, un centro cultural emplazado en el que alguna vez fuera el tradicional galpón de esquila, y viejos talleres donde emprendedores locales ofrecen propuestas gastronómicas, artesanías y actividades. Hay un camping de uso público y gratuito con fogones y baños con agua caliente.

Otro de los portales para conocer el Parque es el Portal Cañadón Pinturas, que resguarda la naturaleza más salvaje de la estepa patagónica y tiene una red de más de 20 kilómetros de senderos que recorre imponentes farallones, vistas panorámicas precordilleranas, y cañadones profundos.

En el parque se puede hacer senderismo, avistaje de fauna, cabalgatas, escalada, kayak, entre otras actividades de turismo aventura y de naturaleza.

El otro portal es el del Parque Provincial Cueva de las Manos, que alberga a este sitio, que es patrimonio de la humanidad, y atesora pinturas rupestres de más de 9 mil años.

Algunos científicos determinaron que la región estuvo habitada 12 mil años atrás por pueblos pre tehuelches nómades, que vivían en cañadones y seguían la ruta del guanaco, su principal sustento. También utilizaban sus huesos, tendones y la sangre. Todo quedó impreso en la piedra. Y por eso es Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco.

Se cree que dejar las manos era parte de un ritual de familia. La identidad con el lugar. Marcar el territorio para regresar y encontrarlo. Las pinturas muestran además hombres en plena cacería, pumas, tatús y ñandúes; pisadas de animales, figuras geométricas, círculos concéntricos, diseños que podrían ser astros y el “Gualicho”, una suerte de chamán, cuya aura parece recibirnos y adentrarnos en el tiempo donde los hombres se comunicaban sin palabras.

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Escenas patagónicas

La Ruta Escénica 41 atraviesa paisajes disimiles en su traza de ripio desde Los Antiguos a la localidad de Lago Posadas, lo que no hace sino exacerbar la belleza paisajística de esta porción de la Patagonia indómita en este camino que tiene 124 kilómetros y que alcanza los 1500 metros de altura en El Portezuelo, el punto más alto de esta carretera y de la provincia.

La ruta atraviesa diferentes ambientes, desde escenarios muy fértiles a muy áridos, donde la vegetación no resiste la altitud. Por estos caminos suelen deambular guanacos en manada, pastan las ovejas y los aguiluchos se posan en los alambrados. Corretean, escurridizos, los zorros. Sobrevuelan cóndores, loicas, golondrinas patagónicas, águilas mora y aguiluchos. En las lagunas se posan cauquenes, bandurrias, patos maiceros, patos torrentes y macás plateados. En este recorrido, la biodiversidad patagónica se muestra en todo su esplendor.

Tocando el kilómetro 77, el hielo en el camino indica que estamos en el Portezuelo, el desolado paso desde donde se ve el monte San Lorenzo (3706 msnm). A partir de ahí, el camino sigue en descenso hacia Lago Posadas atravesando valles, bosques, lagunas. Una vez allá, el Arco de Piedra, la formación icónica del lugar, emerge a contraluz. Es el fin de la travesía por los caminos de la Patagonia indómita.

Autor y fotografía
Guido Piotrkowski

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